En este relato el protagonista es un chileno de viaje por un mundo en el que no tiene ni idea de cómo moverse. Para sobrevivir en el extranjero tiene que resignarse a su suerte, de una manera que empieza siendo humorística pero que se va volviendo cada vez más triste y patética, como ya ocurrió en relatos anteriores donde el paso progresivo del humor al patetismo marcaban el fracaso de los personajes principales.
Cuando el chileno llega a Lovaina en busca de esa novia que no va a encontrar y ve la fuente de Fonske, su reacción es:
La fuente le resulta más extraña que graciosa, incluso agresiva o grotesca.Estos adjetivos se prodrían utilizar igualmente para calificar este relato.