A tan solo 50 kilómetros de
distancia de la ciudad de Zaragoza y el fértil valle
del Ebro se extiende una enorme zona vacía que constituye una de las zonas
desérticas más grandes de España. Es asombroso
comprobar lo desconocido que es este desierto y la poca información que hay
sobre los Monegros, aunque su diversidad biológica sea única en Europa y esté
en trámites de convertirse en una reserva natural.
El clima es
semi-desértico, con sequías crónicas , Los Monegros
posee un ecosistema único en Europa más propio de las estepas orientales.
Lo más curioso de los Monegros es que hace unos
cuantos siglos no existía como desierto, como nos explica su nombre, Monte Negro, que hace
referencia a lo negros que se veían los montes al estar cubiertos de pinos. La
deforestación causada por el hombre para obtener madera, unida a los fuertes
vientos de la zona y las escasas precipitaciones, hicieron que el terreno
perdiera cualquier oportunidad de regenerarse, convirtiéndose en el desierto que
vemos hoy en día, aunque haya algunos pequeños reductos que conservan los pinos
de antaño.
Estos monolitos se formaron por la erosión de los
vientos y el agua sobre la roca dejando
al aire formaciones como el tozal de Colasico, uno de los más grandes
Este lugar
tiene un paisaje muy bonito y solitario, pero lleno de sorpresas. Porque
, a pesar de su condición de desierto, Los Monegros no es en absoluto un
ejemplo de monotonía. Tiene rutas
accesibles que el visitante puede
recorrer en BTT, en coche o a caballo e ideales para el senderismo según las
indicaciones de un buen mapa.