Max se compró su primer ordenador en el año 2000. Y su relación con este aparato tuvo una evolución no muy diferente de su relación con Claudia, su compañera sentimental por aquellos años.
Con Max tenemos de nuevo un padre ausente y poco apto para su papel de progenitor de un niño que resulta ser más listo que él. Y también aparece en este relato la relación del escritor con sus instrumentos, cómo la forma de escribir va a condicionar el resultado e incluso posibilitar o hacer imposible el mismo acto de escribir.
¿Cuáles son vuestros recuerdos del primer ordenador que tuvisteis? ¿Reconocéis algo del proceso de atracción / rechazo que siente Max hacia su nueva máquina?
Los críticos literarios que comentan la obra de Alejandro Zambra suelen hablar de autoficción, un fenómeno literario muy actual que consisten en mezclar la autobiografía con la novela y convertir así al autor-protagonista en un personaje inventado. Y esta autoficción es a menudo una distopia, lo contrario de la utopía, es decir una realidad también ficticia pero indeseable.
En un autor que mezcla tanto la realidad con la ficción, encontrarse un relato que se titula "Verdadero o falso" es toda una declaración de intenciones. También es significativo que esta vez la historia no está contada en tercera persona, sin duda porque esta vez el punto de vista no es el del hijo sino el del padre. La figura del padre ausente e imperfecto ya apareció en "Mis documentos" y en "Camilo". Pero mientras en esos relatos veíamos al padre desde los ojos del hijo narrador, ahora lo observamos directamente sin el filtro del rencor filial. Pero igualmente resulta ser una figura distópica, alguien que imaginó su realidad de una manera muy diferente de la que ha resultado ser. ¿Tal vez porque no es capaz de distinguir lo verdadero de lo falso tan claramente como lo hace su hijo?